INTENDENTE. Diego Riveros (centro) flanqueado por los que sostienen que es “el mejor intendente”.
De un tiempo a esta parte, el titular de la comuna serrana Diego Riveros (PLRA) va acumulando más rechazos que la aceptación que tenía al comienzo de su primer periodo de gobierno municipal por parte de los contribuyentes. En este segundo periodo, Riveros ya no goza de la confianza de un gran sector de la ciudadanía caacupeña. Los cuestionamientos hacia su gestión son el “pan de cada día” en las redes sociales.
La polémica se va instalando en las redes sociales entre sus funcionarios, seguidores, y hurreros que tratan de defenderlo y los caacupeños descontentos con la gestión de Riveros para criticarlo y demostrar que ya no creen en sus videos publicitarios de autobombo, compartidos en las redes sociales, y por las acciones que toma contra los que no le rinden pleitesía.
“Dios le puede quitar absolutamente todo otra vez, no le gustará su cosecha porque nada bueno sembró”, “la justicia divina llega, el tiempo de Dios es perfecto”, “No veo el día de chutarlo”, “Diego ladrón ribero”, “Gran puerco es el personaje”, “Dentro de poco llenará la ciudad de carteles de su inmobiliaria, playa de autos y asfaltando frente a la propiedad de su interés”, “Intendente te volviste un gran plaga de la Ciudad. Deja de perseguir a la gente que quiere trabajar”, son algunos de los epítetos que recibe Riveros por las redes sociales.
Esta semana, la polémica se desató porque el intendente de Caacupé negó la utilización de la plaza Teniente Fariña para la realización de la “Primera Gran Feria Tekoporä Mbareté”, organizada por emprendedores. Riveros ofreció la plaza Defensores del Chaco para dicho evento que se prevé para mañana, sábado 25 y el domingo 26.
El titular municipal argumentó que la plaza Teniente Fariña “no podrá ser utilizada para los fines propuestos, pues dicho espacio se encuentra con trabajos de reparación, mejoras y hermoseamiento”. Sin embargo, en la plaza Teniente Fariña no existe actualmente ninguna ejecución de mejoras, por lo que el argumento no tiene asidero valedero para negar el usufructo.
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