Baches, acumulación de basuras y aguas servidas, una epidemia de nunca acabar en Caacupé

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PELIGRO. Esta profunda perforación en la ruta Mariscal Estigarribia y Mallorquín quedó luego de la instalación de cañería para desagüe cloacal.

El problema real y a resolver de manera urgente en la ciudad de Caacupé son los baches, la acumulación de basuras domiciliarias en la vía pública y agua servida. Pese a que la actual administración municipal desde hace más de un año tiene un costoso equipo para asfaltar las calles hasta ahora solo hizo bacheos que no duran y colocó capas asfálticas en dos cuadras de una calle casi intransitada.


BACHE. Como este abundan en Caacupé y es causante principal de los problemas mecánicos de automóviles.

Otro problema que requiere de una imperiosa necesidad de ser resuelta es la acumulación de basuras domiciliarias en la vía pública. La municipalidad no perdona a los contribuyentes, pero a cambio de eso la respuesta es una deficiente recolección de los desperdicios. La ampliación de cobertura para la recolección, la falta de más camiones recolectores y funcionarios para el rubro hace fracasar este servicio comunal.


BASURAS. Esta es la desagradable imagen del fin de semana que se llevaron los devotos y visitantes de la “Capital espiritual”.

Y a todo esto, se suma aguas servidas y de olor nauseabundo que pululan por todos lados al no haber control por parte de las dependencias municipales, y mucho menos multa para los que infringen la normativa ambiental derramando aguas residuales domiciliarias en las calles, que a la larga descomponen la capa asfáltica o empedrados. Y todo esto por desidia de la municipalidad local.


LAMENTABLE. En pleno microcentro de Caacupé en este estado está la calle Mallorquín por el paso de aguas servidas.

Sin embargo, al actual jefe comunal, Diego Riveros (PLRA), este calamitoso estado en que se encuentra sumida la “Capital espiritual” no le interesa y se pasa endeudando a la ciudadanía con cuantiosos montos para construir canchas de pádel, de básket, cancha sintética de fútbol y ampliación de camineros, que no se compadece con la realidad actual. Esta situación lamentable ya se convierte en una epidemia de nunca acabar.


PRIORIDAD. El intendente Riveros prefiere construir canchas de pádel o básket antes que arreglar las calles en calamitoso estado.

Otro punto a tener en cuenta es el caótico tráfico en la zona céntrica de la Villa Serrana y más aún en las adyacencias de la basílica santuario. La angurria municipal hace que se utilicen las calles con doble estacionamiento, no se respeta entrada de vehículos a viviendas particulares y hasta el predio de la municipalidad utilizan para el aparcamiento de vehículos, sobre todo los fines de semana.


ADULADORES. Riveros también cuenta con internautas que aplauden sus proyectos, que no condicen con la necesidad de la ciudadanía.

Y lo peor es que los seguidores, funcionarios municipales, familiares de funcionarios comunales y los que reciben algunos aportes o beneficios consideran a Diego Riveros como “el mejor intendente” y en las redes se encargan de responder agresivamente las quejas, críticas y reclamos que hace la ciudadanía por los baches, empedrados y puente que no se terminan o por otros males estructurales de Caacupé.