Deplorable imagen de la “Capital espiritual” es la carta de presentación para los peregrinos

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MAL ESTADO. Los buracos dejados por la empresa 4 Ciudades permanecen mucho tiempo en estas condiciones.

A dos días del lanzamiento oficial de la festividad mariana más grande del país y a 15 días del inicio del novenario de la Virgen de Caacupé la “Capital espiritual” presenta una imagen deplorable.  Calles en mal estado, puente en peligro de derrumbe, pasarela desplomada son la carta de presentación para los peregrinos y devotos en esta próxima fiesta religiosa en la villa serrana.

PUENTE. A punto de derrumbarse por desidia de la administración municipal de Caacupé.

La municipalidad local, bajo la administración del intendente Diego Riveros (PLRA), adquirió al principio de este año una costosa planta asfáltica móvil, nuevas maquinarias viales, con el cuento de recapar todas las calles céntricas de Caacupé. Sin embargo, hasta ahora la fabricación de asfalto solo alcanza para hacer bacheos de mala calidad y con manos de obra barata, empleando a funcionarios municipales para la tarea vial.

PLANTA. Costosas maquinarias adquiridas para hacer bacheo de mala calidad con manos de obra barata.

La desidia municipal en cuanto al aspecto físico de la capital departamental se observa en casi toda la ciudad. Hasta ahora continúan los trabajos de cañerías para la conexión domiciliaria a la red cloacal principal. Este trabajo, adjudicado a la empresa 4 Ciudades, deja a su paso calles perforadas, que luego de mucho tiempo la municipalidad se encarga de rellenar con asfalto que no resiste a los raudales y el peso de los camiones.

AGUA SERVIDA. Se acumula en los buracos dejados por trabajadores que instalan cañerías cloacales.

Así mismo, el puente ubicado sobre el arroyo Ortega, en la calle Independencia Nacional, detrás del pozo de la Virgen, hasta ahora sigue sin ser reparado y en una lluvia grande la base podría ceder por acción del torrente del curso hídrico y terminar desplomándose. En la misma condición sigue la pasarela que está ubicada detrás del local de la gobernación de Cordillera. Esta estructura había caído y sigue en las mismas condiciones.

PASARELA. Se derrumbó hace tiempo, pero a la municipalidad local no le preocupa.

Antonio Benítez, poblador del barrio Loma de Caacupé, relató el suplicio que aguanta cuando llueve. Sostuvo que los raudales acumulan frente a su vivienda tierra arrastrada por la correntada. Refirió varias veces trató de hablar con el intendente Riveros, pero este no le recibe. En Aseo Urbano le prometieron solución hace más de un año, pero hasta ahora no hay respuesta. Ahora, hasta adrede acumulan restos de asfaltos frente a su casa.

POBLADOR. Don Antonio Benítez muestra la tierra que se acumula frente a su casa.